LA INMIGRACIÓN CALABRESA DE FINALES
DEL SIGLO XIX A COMIENZOS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
DEL SIGLO XIX A COMIENZOS DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
Amaru iu! Duvi simminai!
A un rinacchiu ‘nmienzu a dua valluni.
Simminai ranu, e ricoglietti guai,
All’aria riventaru zampagliuni.
(Calabria)
NOTA INTRODUCTORIA
La emigración desde la región sureña de Calabria, en nuestro caso
específico la provincia de Cosenza y, especialmente, el pueblo de Morano
Calabro (normalmente llamado sencillamente Morano), merece un capítulo aparte
por sus características particulares. En primer lugar, fue una emigración
homogénea por proceder de una misma región circunscrita y además tuvo cierta
importancia cuantitativa que, si bien no respondió a un fenómeno de inmigración
masiva (como en el caso de los mantuanos), fue resultado de una inmigración “en
cadena” constante y bastante conspicua. Prueba de ello es un trabajo del Ministero
degli Affari Esteri de 1972, donde se destaca la composición de la
colectividad italiana según la región de origen: de un total de 967
integrantes, 504 eran calabreses (o sea más del 50%). (1) También, hacia
comienzos del siglo XX, un informe diplomático subrayaba, acerca de la colonia
italiana en Costa Rica, que de los conciudadanos esparcidos en el estado, la
mayor parte representaba a las provincias de Mantua y de Calabria. (2) Ahora bien,
no sólo se debe destacar la representación cuantitativa, sino también el
estereotipo con que comúnmente se califica al pueblo calabrés, el cual es
altamente cualitativo: tesonero y ahorrador, su lema está comprometido con
“trabajo y familia”.
EL MUNDO EN CALABRIA
En 1891, cuando la situación agrícola italiana en general se dirigía hacia
un sustancial mejoramiento, el Prefecto de la provincia de Reggio Calabria
señalaba en cambio que: “En los alrededores de Reggio Calabria las condiciones
de las clases agrícolas no mejoran ... no alcanzan una o dos cosechas para
levantar la situación, es necesario que ocurran por largos periodos”. (3) La
anterior constatación refleja los cambios que se dieron en la economía italiana
en el período de 1890 a 1910; en efecto, mientras que en las regiones
septentrionales en la agricultura se acentuaba la modernización al diversificar
y rotar cultivos y se asistía a una creciente industrialización (especialmente
en lo que se refería a la transformación sobre una base industrial de la
producción agrícola), en las regiones meridionales seguían prevaleciendo uno o
dos cultivos fundamentales y raramente la transformación industrial trascendía
el ámbito artesanal. Por eso, se ha afirmado que en las zonas meridionales de
la península italiana, en las décadas mencionadas, se consolidó con claridad
una “economía precaria”. De esa precariedad, en la región de Calabria hay una
clara prueba en 1908, donde se constata una fuerte crisis en la producción de
vinos y la crisis definitiva de la tradicional industria de la seda; de esta
última se escribía: “Esta industria es tan limitada, en otros tiempos
floreciente, que no tiene importancia comercial e industrial y por la
competencia de las sedas importadas va siempre decayendo más”. (4) Se trataba
de un tipo de industria casera, donde la seda se tejía individualmente o con la
ayuda de algún aprendiz, mediante telares manuales y con el suministro de la
seda cruda por parte de intermediarios.
En Italia, una respuesta inmediata a las dificultades económicas, y lo
hemos mencionado tantas veces en los capítulos anteriores, ha sido la
emigración; es por eso que en ese mismo período, entre 1890 y 1910, se asistió
a un gradual descenso del flujo migratorio en las regiones del norte,
contrapuesto a la consolidación igualmente gradual pero definitiva de la
emigración como hecho constante y estructural en tantas regiones del sur. (5)
Paradójicamente, ese mismo fenómeno de emigración acentuaba el carácter
extensivo de la agricultura sureña y más bien obstaculizaba los programas de
reforma. Los siguientes datos demográficos permiten reflexionar acerca de la
gravedad de la situación en Calabria: durante el año de1904 la emigración llegó
a 4,44 emigrantes por cien habitantes (6) y entre 1901 y 1911 las tasas de
decrecimiento poblacional afectaron al 44% de las municipalidades calabresas,
verificándose “el despoblamiento más grave de Italia en ese período”. (7)
En cuanto a Morano Calabro (en la provincia de Cosenza), lugar del cual
procedían muchos de los calabreses inmigrados en Costa Rica, datos concretos
confirman el marco general mencionado para la región de Calabria. Entre 1861 y
1881 la población local presentó un aumento notable, lamentablemente en
coincidencia con una economía atrasada en la agricultura y crítica en la
pequeña industria: hacia finales de siglo una fuerte crisis afectó la industria
textil del pueblo, las hilanderías de lana se redujeron a tres y desaparecieron
por completo las de seda. Fue así que la primera y mayor oleada emigratoria “moranesa”
se inició alrededor de 1880 y se extendió sin interrupción durante los tres
primeros lustros del siglo XX. En el censo de 1901 la población de Morano había
descendido a 6.236 habitantes, habiendo emigrado en la década anterior 2.036
personas; de 1901 a 1905 salieron para “las Américas” otras 961. Al cruzar el
océano las opciones de los “moraneses” se orientaban hacia el sector
terciario y las actividades atípicas ligadas al desarrollo urbano, o sea hacia
un trabajo suficientemente rentable que permitiera en tiempo corto la formación
de un capital que, aunque modesto, asegurara independencia y resaltara el
carácter emprendedor individual. Excluida como meta los Estados Unidos, la
elección de los emigrantes recayó en las ciudades de América Central y del Sur.
(8) Entre fines del siglo XIX y principios del XX, más de cincuenta de esos
emigrados, muchos con sus familias, optaron por radicarse en Costa Rica.
NOTAS
(1) Ministero degli Affari Esteri. Direzione Generale
Emigrazione e Affari Sociali. Problemi del lavoro italiano all’estero.
(Roma, Italia: Atel, 1972) p. 97.
(2) Scaglietti, Santi. “La Repubblica di Costa Rica e
la colonia italiana” En: MAE-CGE emigrazione e Colonie. Raccolta di
Rapporti dei RR Agenti diplomatici e consolari. Vol. III. America (Roma,
Italia: Tipografía dell’Unione Editrice, 1909).
(3) Cerase, Francesco P. “Economia precaria ed
emigrazione”. En: Balletta et. al. Un secolo di
emigrazione italiana: 1876-1976. (Roma, Italia: Centro Studi Emigrazione,
1978) pp.117-152. LA TRADUCCIÓN ES NUESTRA.
(4) Ibid., p. 132.
(5) Ibid., pp. 122-123.
(6) Ciuffoletti, Z. y Degl’Innocenti, M. L’emigrazione
nella storia d’Italia. 1868-1975. (Firenze, Italia: Vallecchi, 1978) pp.
408-409.
(7) Birindelli, A.M. et al. “Lo spopolamento in
Italia nel quadro dell’evoluzione migratoria e demografica (1871-1971). En:
Balletta et al. Un secolo di emigrazione italiana: 1876-1976.
(Roma, Italia: Centro Studi Emigrazioni, 1978) p. 227. LA TRADUCCIÓN ES
NUESTRA.
(8) Contrade. N. 1, maggio 1993. (Morano Calabro,
Italia: Centro Interdisciplinare di studi ed interventi sul territorio). Esta
fuente de información ha sido gentilmente proporcionada por el Doctor Alberto Di
Mare Fuscaldo.



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